¿Qué esperas de tu hij@?

 

¿Qué es el efecto Pigmalión y cómo afecta a los niños?

Cuando hablamos y tratamos a los niños, generamos una serie de expectativas que influyen en su forma de comportarse y en su personalidad. A este tipo de conducta se le conoce como ‘efecto Pigmalión’. Estas expectativas que un adulto tiene sobre las capacidades de su hijo afectarán en la forma que tendrá el niño de verse, es decir, se verá como tú lo ves: si las expectativas son bajas se verá poco capaz, y si son altas, se sentirá más motivado. Esta clase de expectativas que se depositan en el niño se le transmiten mediante el lenguaje verbal y no verbal, y expresan tanto lo que anhelamos como lo que rechazamos.

 

Cómo ejercen los padres el efecto Pigmalión en los hijos

El efecto Pigmalión en casa sucede cuando las expectativas que tienes sobre la capacidad y habilidades de tu hijo son muy bajas o muy altas, en ese caso, según el efecto Pigmalión tu hijo se vería tal y como tú lo ves.

A pesar de que en muchas ocasiones pensemos que no le estamos diciendo nuestros pensamientos o nuestra opinión sobre ellos, tu hijo es capaz de notarlo por cómo te comportas de forma inconsciente con ello, muchas veces el contacto visual, así como la manera de dirigirte a él/Ella revelan más de ti que lo que dices. Por ejemplo:

  • La comunicación verbal o no verbal. No sirve de nada decir que creemos en él si luego no lo acompañamos ni con gestos ni con el tono de voz. Por lo general, en una conversación tu hijo hará caso al 80% de cómo lo digas y cómo te expreses que a lo que estás diciendo.
  • Cuando se les exige menos trabajo y menos esfuerzo. Por tanto, si sabes que a tu hijo le cuesta la lectura, solo le exigirás un aprobado justo o incluso le dirás que no pasa nada porque deje esa asignatura. Así que entonces él, hará aún menos por aprobar.

 

Cómo usar el efecto Pigmalión para ayudar a los niños

Sin embargo, podemos usar este efecto a nuestro favor. Si en vez de pensar que tu hijo tiene baja capacidad, piensas que es inteligente y se lo reconoces delante de más personas, puedes potenciar que tenga mayor confianza en él mismo y acabe mejorando no solo su rendimiento sino también su autoestima. No se trata de mentirle sobre algo que no existe, ni de exigirle metas demasiado inalcanzables, sino de crear un ambiente más motivador en el que seas capaz de alimentar esa preocupación que tienes sobre su desarrollo… Si tú crees en él/ella, él creerá en sí mism@. Es por tanto que, los adultos tenemos un papel fundamental en este proceso de aprendizaje, puesto que los niños van formando la idea que tienen de sí mismos a partir de las expectativas y comportamientos que reciben de su entorno.